Habitable
Dios no está lejos de nosotros. Decidió habitar en nosotros. Decidió regocijarse en nosotros. Decidió bendecirnos con su presencia a través de su Espíritu.
Aunque por justicia merecíamos su abandono, él decidió acercarse.
El Dios que se dio a conocer, está con nosotros cuando tratamos de vendar las heridas causadas por nuestro pecado y él pacientemente espera que le pidamos ayuda.
Está con nosotros cuando tratamos de comprender un idioma diferente. Está con nosotros a pesar de nuestra impaciencia. cuando somos débiles, cuando fallamos, cuando no hacemos todo bien. Está con nosotros cuando tenemos miedo acerca del futuro.
¿Qué hemos hecho para ser bendecidos con la presencia del Dios Trino y habite y se regocije en nosotros? Nada.
Somos descendiente de Adan, lo que por justicia merecemos es el abandono por parte de Él para siempre. Pero, Dios le plació derramar su gracia, no solo ofreciendo un sacrificio perfecto por nuestra rebelión, sino que habiendo ofrecido un sacrificio perfecto, nos ha bendecido con su presencia.
¿Hay algo que pueda provocar que Dios nos abandone? No. Fuimos sellado con su Espíritu. Nada, ni nadie nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús.
“Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.” Proverbios 8:31